Si bien la pérdida auditiva tiene el mayor impacto en los ancianos, con una de cada cuatro personas mayores de 60 años afectadas por la pérdida auditiva. Se prevee que para el 2050 la pérdida de audición podría afectar a una de cada diez personas, pero ahora incluidos millones de niños y adultos jóvenes.
Gracias a los recientes avances tecnológicos, estamos viendo desarrollos innovadores en Inteligencia Artificial (IA) que ofrecen una nueva esperanza. Los audífonos impulsados por IA han demostrado la capacidad de mejorar la capacidad auditiva en condiciones ruidosas en un 55%, además de borrar potencialmente el estigma social en torno a la pérdida de audición.
Cómo se aborda la pérdida auditiva hoy en día
La corteza auditiva humana tiene la hermosa capacidad de entender el habla, reducir el ruido y ayudarnos a prestar atención a lo que nos importa. Cuando esta habilidad natural sufre un contratiempo, los audiólogos adoptan una intervención estructurada. Los profesionales de la salud examinan y diagnostican para determinar el grado de pérdida auditiva en un paciente. Los dispositivos auditivos y la implantación se aprovechan cuando se hace necesaria una intervención, seguida de terapia. En términos simples, los audífonos son micrófonos que convierten el sonido en señales eléctricas. Un amplificador aumenta la intensidad de la señal, que luego se convierte de nuevo en sonido por un receptor y pasa al oído.
Si bien esta intervención proporciona cierto alivio, existen varios desafíos que afectan los resultados y la satisfacción del paciente durante todo el proceso:
1. Detección y diagnóstico: Los audiólogos capacitados realizan pruebas de audición tradicionales en un entorno clínico, como una cabina insonorizada. Sin embargo, estas pruebas a menudo no logran replicar con precisión las condiciones auditivas del mundo real, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo. Viajar a una clínica puede no ser siempre factible para las personas mayores o con movilidad limitada, el mismo segmento que la pérdida auditiva afecta desproporcionadamente.
2. Dispositivos e implantación: Sin tratamientos biológicos para la pérdida auditiva, las intervenciones más comunes son los audífonos o los implantes quirúrgicos, como los implantes cocleares y los implantes de conducción ósea. Estos dispositivos e implantes tradicionales amplifican las señales de audio, pero luchan por separar el ruido de fondo de los sonidos esenciales como el habla. El enfoque de talla única no tiene en cuenta el patrón único de pérdida auditiva de cada usuario, lo que a menudo resulta en una falta de claridad y una experiencia de audio distorsionada.
3. Adaptación y terapia: Para que los audífonos funcionen de manera efectiva, deben ser ajustados y sintonizados por un audiólogo periódicamente. Este es un proceso que consume mucho tiempo y requiere múltiples visitas a la clínica. La eficacia del dispositivo depende de la precisión de este proceso de ajuste, que varía según las habilidades de los audiólogos. Después de la adaptación, la terapia auditiva es crucial para ayudar al cerebro a adaptarse al nuevo “paisaje sonoro“. Esto nuevamente requiere visitas regulares a un terapeuta, casi perpetuamente. Si bien estas intervenciones ayudan a los pacientes a recuperar parte de su pérdida auditiva, las deficiencias limitan gravemente su efectividad. La necesidad de una revolución en este espacio es clara; aquí es donde la IA está dando un paso adelante para llenar el vacío.
Cómo la Inteligencia Artificial está revolucionando la audición
Gracias al crecimiento exponencial de la potencia computacional, una explosión en la disponibilidad de datos y los avances en la investigación, la IA está alterando todas las disciplinas, y la audiología no es una excepción. En el corazón de esta revolución está la capacidad de los algoritmos de análisis avanzado para identificar patrones en datos no estructurados como audio, video y texto. El aprendizaje profundo (DL), una de las técnicas más populares en IA hoy en día, facilita el procesamiento de grandes volúmenes de datos, aprende y aísla señales de interés y ofrece una precisión excepcional en tiempo real.
Cuando se aplica a la audiología, ayuda a los dispositivos auditivos a distinguir de forma inteligente entre varios sonidos, ajustarse dinámicamente a los entornos auditivos de los usuarios y aprender continuamente a mejorar la capacidad auditiva. La IA se destaca por su capacidad para aprender e imitar el proceso auditivo humano, lo que permite la creación de soluciones auditivas altamente adaptables y centradas en el usuario.
Un buen audífono no solo debe amplificar el sonido, sino también preprocesar la señal para ayudar a nuestro cerebro a comprender y distinguir los sonidos que importan.
Starkey presentó Genesis AI, un audífono que utiliza IA para analizar y optimizar el sonido en tiempo real. Aprovecha un innovador procesador neurológico que utiliza un motor acelerador de red neuronal profunda (DNN). El procesador neurológico funciona como la corteza cerebral humana, mejorando el habla y reduciendo el ruido. “Genesis AI puede analizar más de 80 millones de sonidos y hacer casi dos mil millones de ajustes en un día“, me dijo Achin Bhowmik, director de tecnología de Starkey. “Su sistema de compresión aditiva nos ayuda a procesar las señales de manera más rápida, inteligente y eficiente, lo que hace posible que nuestros pacientes entiendan el habla, reduzcan el ruido y simplemente sigan con su vida cotidiana“.
Entrenar a la IA con tanta precisión requiere una rica biblioteca de datos seleccionados de los que los algoritmos puedan aprender. Estos datos ayudan a exponer los sistemas de IA a diversas combinaciones de sonidos, lo que les permite adaptarse a diversos escenarios auditivos. Oticon, por ejemplo, entrenó a su IA con 12 millones de “escenas sonoras“, que incluían una amplia gama de señales de audio, desde el habla humana hasta sonidos ambientales como un automóvil que pasa o un perro ladrando. Como resultado, los audífonos impulsados por IA ofrecen un 30% más de sonido al cerebro.
Los audífonos impulsados por IA pueden ajustar automáticamente la configuración del dispositivo de acuerdo con el entorno actual del usuario. Por ejemplo, la interfaz MySound de Widex sugiere configuraciones de sonido personalizadas basadas en las intenciones de escucha y el entorno de los usuarios. Cuando un usuario está cenando en un restaurante, puede detectar la configuración y captar sus conversaciones de habla en lugar de amplificar los sonidos de vajilla o los ruidos de la cocina. Además, los usuarios pueden cambiar las preferencias y personalizar la configuración según sus necesidades. Si bien estos audífonos vienen con potentes procesadores de IA integrados, los usuarios pueden mejorar el rendimiento conectándolos a dispositivos como una matriz de micrófonos, un accesorio inalámbrico que mejora el rendimiento auditivo y se puede usar en el pecho como parte de un collar. Además, los audífonos pueden conectarse a recursos de computación en la nube a través de una aplicación móvil para mejorar aún más la audición. Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Ohio reveló que los audífonos impulsados por IA aumentaron la capacidad de escuchar en medio del ruido de fondo en un 55%. No es sorprendente que la IA facilite la audición y reduzca el esfuerzo en un 30% con el tiempo. Audición habilitada para IA, un trabajo en progreso Si bien los audífonos impulsados por IA anuncian una nueva era en audiología, esta tecnología transformadora no está exenta de desafíos.
Los algoritmos de IA son tan buenos como la calidad y cantidad de los datos utilizados para entrenarlos: cuanto más diversos y extensos sean los datos de entrenamiento, mejor será su rendimiento. Sin embargo, la recopilación de datos auditivos diversos y de alta calidad para entrenar modelos puede ser un desafío, lo que podría limitar la efectividad. Además, la privacidad de los datos y los riesgos de seguridad están siempre presentes en un mundo cada vez más digital. Dado que los audífonos escuchan continuamente el entorno de los pacientes, recopilan una amplia cantidad de datos confidenciales. El acceso no autorizado a estos datos, incluida la información de salud personal recopilada por audífonos basados en IA, plantea un riesgo significativo que las empresas deben abordar. Si bien la IA ha logrado grandes avances en la replicación del procesamiento auditivo humano, debemos recordar que todavía no puede emular completamente la intrincada capacidad del cerebro humano para procesar e interpretar sonidos. Por lo tanto, si bien las soluciones auditivas impulsadas por IA han logrado avances impresionantes, siguen siendo un trabajo en progreso. El futuro de los audífonos: más que sonido Afortunadamente, los audífonos de hoy en día se están alejando de ser complementos torpes en soluciones “invisibles“ que se ajustan profundamente dentro del oído. Aún mejor, algunos fabricantes los están transformando en dispositivos prominentemente visibles pero elegantes que se asemejan a los últimos auriculares Bluetooth.
Al igual que los anteojos, que han cambiado de un símbolo de problemas de visión a un accesorio elegante, los audífonos podrían personalizarse para convertirlos en un complemento de moda para el atuendo diario. Los audífonos modernos se están transformando en dispositivos multifuncionales que van mucho más allá del ámbito del sonido. Por ejemplo, Genesis AI puede rastrear la actividad física y cognitiva, monitorear la salud general, transmitir audio desde el teléfono o la TV de forma inalámbrica, detectar caídas e incluso enviar mensajes de alerta a los cuidadores. Imagine un mundo en el que los audífonos no solo mejoran la experiencia auditiva, sino que también se conectan directamente a su sistema doméstico inteligente, le avisan cuando el temporizador de su horno se apaga o cuando alguien está en la puerta de su casa. Pueden proporcionar información integral sobre la salud y el estilo de vida al interactuar con otros dispositivos portátiles.